KABUKEN (歌舞剣): Expresión derivada de “kabuki” (teatro tradicional japonés) y “ken” (“espada” en el mismo idioma).
KABUKEN es el camino al que a mí personalmente me ha derivado toda una década de práctica de la esgrima japonesa tradicional (iado y kenjutsu).
Sin alejarse demasiado de la esencia técnica de la artes marciales susodichas, el KABUKEN ve la luz para llevar la plasticidad y el arte con la espada al terreno de lo creativo y del simple disfrute, del entretenimiento… y hasta del espectáculo.
KABUKEN es CREATIVIDAD en el uso de la espada y en el movimiento.
La esgrima tradicional japonesa (Iaido, Kenjutsu y una miríada de disciplinas por el estilo) nos ha legado montañas de posturas, combinaciones de movimientos o katas (individuales o en pareja) inicialmente orientadas a recrear situaciones hipotéticas de ataque y defensa en el campo de batalla.
La necesidad, por tanto, de preservar la salud física y mental del guerrero para el próximo choque, obligaba a encorsetar las técnicas de combate en el rango de lo estrictamente práctico.
Pero como en pleno siglo XXI la mera supervivencia ha dejado de ser el objetivo número uno de la práctica de la esgrima japonesa, KABUKEN se permite esta vez el lujo de innovar y ejecutar sus propias katas (sin preocuparnos de si algunos movimientos nos condenarían -llegado el caso- en un hipotético campo de batalla).
De este modo el practicante en solitario, como no tiene enemigo de quien preocuparse, ahora puede liberarse de la tensión del combate y empezar a fluir con los movimientos de su cuerpo y de su espada… a OTRO nivel. Algunos lo llaman “meditación”.
KABUKEN aboga por la creatividad del practicante en el movimiento y en el uso de la espada; pero sin olvidar el cometido principal de la herramienta: estocar, golpear y cortar.
En KABUKEN no utilizamos el bokken ni el iaito como un palo de golf, pero sí que trascendemos las limitaciones técnicas impuestas por la imperativa necesidad de supervivencia de los guerreros del Japón medieval.
Con todo y con eso, el punto de partida de KABUKEN sigue siendo el aprendizaje de las mismas técnicas básicas de corte, defensa y desplazamiento que el Iaido y el Kenjutsu llevan ya siglos enseñando a los alumnos (con las variantes aportadas, por supuesto, por cada maestro, escuela o ryu).
En esta línea de trabajo de explorar la creatividad y la libertad de movimientos con la espada, KABUKEN abandona todo exceso de rituales y etiqueta… por el camino.
KABUKEN es un arte marcial en sí mismo, pero sin la marcialidad, -vuelvo a insistir- de disciplinas tradicionales como el Iaido y del Kentujsu. Si te aburren los protocolos, los formalismos y los “palabros” en japonés tanto como a mí.. KABUKEN es para ti.
KABUKEN es la esencia de la FLUIDEZ y de la EFICIENCIA energética.
En cierto modo, KABUKEN puede contemplarse como una danza: la del practicante y su espada en unión y en perfecta comunión con las fuerzas naturales.
No en vano, bien mirado, y en términos estrictamente funcionales y técnicos, desenvainar una espada es mucho más que tirar simplemente de ella con nuestro agarre.
Desenvainar y cortar con fluidez, o sin resistencia, es el resultado de escoger (de manera intuitiva o voluntaria) las poleas, los ángulos y las palancas acertadas. Siempre a fin de generar -con los grupos musculares adecuados- las inercias necesarias para que la física del movimiento obre por sí sola su magia sobre el vuelo de la masa de la espada por el espacio.
Y todo al simple objeto de efectuar nuestro ejercicio con el mínimo consumo posible de energía. Optimización del esfuerzo dedicado al desarrollo de la práctica, que de paso reduce el cansancio -o el desgaste- de las articulaciones y de los grupos musculares implicados, y maximiza la calidad del entrenamiento (toda vez que el dolor o el estrés muscular, nos desconcentran).
En KABUKEN aprendemos a utilizar los puntos de enfoque para lograr el movimiento más natural, fluido y eficaz. Y todo con el esfuerzo mínimo requerido.
KABUKEN apela al espíritu del guerrer@ que muchos llevamos dentro.
En esencia, KABUKEN es el yin y el yang de la esgrima japonesa moderna. Es la comunión entre los lados masculino y femenino de la práctica con la espada.
Lo femenino de nuestra esgrima es el Yin: la naturalidad en los desplazamientos, la fluidez en los giros y círculos; la danza, en suma, de los grandes vuelos de la espada.
Lo masculino de KABUKEN es el Yang: la contundencia y el poderío de un corte que ejecutamos no solo con muñecas y brazos, sino con la energía combinada de todo el cuerpo (convenientemente canalizada a través del abdomen -o hara-).
KABUKEN es la fusión de las cualidades masculinas y femeninas de la esgrima japonesa, con independencia del género de quien lo practique.
KABUKEN es realismo y… mucha diversión.
Cuando hacemos una kata, intentamos que la intención y las distancias de los practicantes sean lo más realistas posibles.
¿Acaso tiene sentido ninguno lanzar un corte contra un enemigo a cinco metros a sabiendas de que no le vamos a alcanzar? Pues las RR.SS. están llenas de vídeos de ese estilo.
Además entrenamos en escenarios naturales, siempre que se puede, con todos los inconvenientes que para la práctica de la esgrima suponen. Y es que no es lo mismo ejecutar una kata en pareja en el suelo liso y bien cuidado de cualquier dojo, que ejecutarla en un terrero pedregoso o en un bancal de arena. Será la misma kata, pero en la práctica muchas veces no se parecen en nada.
¿Te imaginas combatiendo en el medievo japonés sobre una montaña de cuerpos de guerreros amigos y enemigos caídos? Seguro que había muchas más distracciones y desafíos que en cualquier dojo.
En KABUKEN nos ahorramos las montañas de cadáveres, lógicamente, y es el propio entorno natural el que pone a nuestra disposición una infinitud de escenarios y condiciones de entreno.
A fin de asegurar la integridad física de los kabukaris, se hace todo lo posible por evitar accidentes innecesarios.
Para ello se estudian previamente las katas, se ajusta el número de movimientos requeridos, y se adaptan a las aptitudes de los practicantes.
En adición, tras años de entrenamiento y golpazos, mi experiencia en el trabajo con el cuero me ha permitido diseñar protecciones específicas para la práctica de la esgrima japonesa.
Innegablemente eficientes y exclusivas, en KABUKEN utilizamos nuestras protecciones de diseño para minimizar el riesgo de accidentes y lesiones en las partes habitualmente más frágiles y expuestas: los dedos de las manos.
Como evolución mía propia, pues, de la esgrima japonesa y como interpretación particular de cada alumno por separado, los más terrenales percibirán el KABUKEN como una actividad física más; los más mentales, cual disciplina de meditación activa; y los más místicos como otra forma de expresión adicional de sus espíritus… a través esta vez de la katana.
En resumen, KABUKEN es el giro de la esgrima tradicional japonesa a donde quiera que a ti personalmente te lleve, como pionero de esta nueva rama, el arte en el manejo de la espada.
Impartimos clases regulares (individuales y grupales) y seminarios de KABUKEN en Lozoya (Madrid).
En espacios abiertos cuando el clima lo permite; o en espacios cerrados si las inclemencias del tiempo nos obligan.
Si eres iniciado aprenderás desde cero; si ya tienes tu recorrido en el arte de la espada, buscaremos la manera de optimizar y potenciar tus habilidades.